Menuda liada la de aquel día (16/08/2017) cuando la intención era realizar ruta tranquila por las inmediaciones de Ponferrada y sobre la marcha se fue desviando la ruta hasta llegar a Santiago de Compostela, creo que debería jubilar a mi viejo gps.
Dicen que las rutas sin planificar y surgen sobre la marcha son las que recuerdas para siempre, y esta sin duda será así, primero por compartir la experiencia con un crack como persona y deportista y encima «Badanero» que mas se le puede pedir, esa persona no es otra que el tío Manu Alba.
Segundo por lo que es la ruta en si, 215 km con 3200 de desnivel positivo, que te ponen rápidamente en tu sitio y que hacen que te esfuerces de veras, saliendo claro está de esa zona de confort donde tan agustito estamos (decía un torero «canta autor»…je je je je).
Tercero y podríamos decir que último, por disfrutar y vivir ese ambientazo que se respira en cada rincón del casco antiguo de Santiago de Compostela y sobre todo en la plaza del Obradoiro.
Así pues y una vez medio recompuestos del esfuerzo físico y mental que conlleva algo así, nos propusimos impregnarnos de ese ambiente «lúdico festivo» que nos brindó Santiago y nos recorrimos unos cuantas parroquias en busca de esa recompensa en forma de liquido elemento y espumosa bebida, mas conocida como cerveza, para mitigar las penurias del camino, acompañándola de sabrosas viandas, eso si, terminamos con maillot conmemorativo y ganas de volver, pero ya si eso id tirando vosotros que ya os alcanzamos nosotros.
Para terminar esta mini crónica de lo acontecido, muy muy por encima, por que pasó mucho más, dar las gracias a otro compañero de ruta que se sacrificó, regresó a Ponferrada y nos fue a buscar a Santiago, sin el todo esto no hubiese sido posible….y lo sabe.
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